y que en el fondo merece la pena estar loco"...
Estos días ha venido a mi mente esta canción que tantos recuerdos me trae y tanto significó para mi... Si, soy de esas personas que creen que una canción puede cambiar tu vida... porque te hace reflexionar, porque en ella escuchas las palabras que justo en ese momento necesitabas oír y nadie te decía, porque te emociona y te ayuda a dar salida a esos sentimientos que tenías estancados, porque te relaja, porque te hace levantarte y saltar, porque alguna frase te llega al corazón....
Pues esta canción me ayudó en su día; me ayudó con ese empujoncito que necesitaba... me ayudó a andar contracorriente...
Nunca he sido una persona especialmente conformista. Todo lo contrario. Si acaso, algo rebeldilla. Pero tampoco me caractericé por ser "muy diferente" en nada... Sí, tenía mis cosillas; de pequeña no me gustaban las muñecas, sino que me moría por un tren o un camión de bomberos; militaba en el partido comunista y "militaba" en la parroquia de mi barrio (sí, nunca pensé que fuera incompatible la creencia en unas ideas comunistas y la fe en Dios); me llamaron loca por dejar todo lo que tenía sin saber qué me esperaba; la justicia siempre fue mi caballo de batalla, nunca he soportado ver una situación injusta y callarme la boca...
Pero, en realidad, siempre me he movido en el grupo de "la mayoría", de "lo común", de los que pasan desapercibidos.... Me gusta la música que le gusta a casi todo el mundo, tengo un trabajo bastante común (aunque ahora no sea tan común tener un trabajo), no tengo ninguna afición que me haga destacar, vivo en una casa "convencional"... vamos, lo que se dice una persona "normalita" (ay, qué acertados estaban algunos con ese apelativo...)
Sin embargo, ahora, con la maternidad, he empezado a sentir en determinadas ocasiones, que nado contracorriente... parece que las decisiones que voy tomando respecto a la crianza y educación de mi hijo no son las más comunes en mi entorno... no es que eso sea bueno, ni malo, sino que muchas veces me siento "rara" o incomprendida. Le daba el pecho a demanda, lo llevo en fular, abogo por el cariño como forma de crianza, estoy convencida de los efectos negativos de dejarle llorar, dudo (y mucho) del efecto positivo de las vacunas, me hago seguidora de Laura Gutman y Carlos González, voy a grupos de maternidad y crianza, no sigo ningún “método” para que mi hijo coma; estoy a favor del colecho, aunque no lo practique; intento pasar con mi niño cada minuto que no estoy trabajando, defiendo la disciplina positiva… y a mi alrededor oigo comentarios… “esta se ha vuelto hippie de repente” “está malcriando a su hijo” “no puede ser bueno llevar al bebé ahí" "¿cómo no le vas a poner la vacuna?¿quieres que enferme?"
Todas estas decisiones las he ido tomando convencida, siguiendo mi instinto, sin importarme lo que pensaran los demás al respecto. Ni siquiera me planteo sin esa forma de pensar y de actuar es habitual o no. Y eso ha hecho que cada comentario en contra me hiciera reafirmarme aún más... Y ya voy dominando mi ímpetu, mi vehemencia a la hora de defender mi forma de pensar... ¡¡¡¡es que no tengo que convencer a nadie!!!.
El caso es que me gusta. De repente me veo nadando contracorriente y me gusta. Me gusta porque no me hace dudar el ver a la mayoría yendo en dirección contraria a la que yo voy; me gusta porque me siento satisfecha de ser capaz de mantener mis ideas y mis convicciones más allá de lo que la gente me diga; me gusta porque estoy orgullosa de haber conseguido seguir mi instinto; me gusta porque he aprendido a no inmiscuirme en la la vida de los demás a pesar de que algunos sí pretenden darme lecciones de crianza, y de vida; me gusta porque ahora sé hacer oídos sordos cuando me llaman loca; me gusta sentir que he encontrado mi yo.
No tengas miedo de seguir tus ideas aunque nadie a tu alrededor te apoye; no dudes en continuar caminando, sea en la dirección que sea; pero camina; no te sientas solo en tu día a día ; no pienses que no merece la pena "la lucha"; no temas ser diferente; ten siempre paso firme ;defiende tus ideas; solo hay que elegir; elegir entre seguir la corriente sin pararte a pensar, porque es más fácil; el problema es que así anestesias tus inquietudes intelectuales, adormeces tu alma, ensordeces ante tu instinto; o puedes elegir caminar según tus convicciones sin importante si son las mismas que las de los demás. Sé tú mismo; si te gusta vestir de invierno en verano y de verano en invierno hazlo; si te gustan los bocadillos de nocilla con pimientos, cómelos; si quieres dormir con tu hijo hazlo; si te llaman loco, demuéstrales que es cierto; si tienes una idea genial arriésgate; si te apetece llamar a ese chico que pasa a tu lado todos los días, llámalo; si no te gusta como te habla esa persona díselo; si tienes algo pendiente con alguien soluciónalo; si te apetece saltar, salta; si ves la vida en colores no dejes de hacerlo. Solo se vive una vez, y siempre será mejor arrepentirse de algo que has hecho que lamentarse por no haberlo intentado.
Con todo esto en realidad sólo quería decir que he aprendido que a veces, es necesario andar contracorriente en esta tierra y que en el fondo merece la pena estar loco.