"Lo que hace más importante a tu rosa es el tiempo que empleaste en ella" El principito.

domingo

LA CONFIANZA

     Estos días esta palabra ronda mi cabeza. Es ese algo que cuando está te aporta tranquilidad, te ayuda a relajarte; y cuando falta te provoca un desasosiego difícil de explicar. Te hace darle vueltas a la cabeza, estar nerviosa, intranquila, inquieta, te desestabiliza. Y peor aún es cuando existió y desapareció. Una vez que se va, algo se rompe y no vuelve más. Lo intentas y lo intentas pero la confianza que se pierde nunca regresa como tal. Y cuando aparece donde nunca estuvo es mágico, y hace que tu vida cambie.

     Siempre se habla de la confianza en tu pareja... yo no suelo hablar ni pensar en ello.. simplemente porque para mi es una condición sine qua non, ya no para que mi pareja funcione, sino para que mi pareja exista. Nuestra confianza el uno en el otro existe sin fisuras, sin dudas. Es la base fundamental de nuestro día a día. Nunca dudo de él ni él duda nunca de mi. No hay sospechas, somos transparentes. Nuestra confianza el uno en el otro es incuestionable.

     Podría seguir hablando de la confianza en los amigos, la familia, los compañeros.... pero en este caso esta palabra afloró a mi mente a raíz, cómo no, de Arturo, del embarazo y la maternidad.

     Acudí a Laura Moya en mi segundo embarazo, Yo iba con miedos, inseguridad y una gran ansiedad tras perder meses atrás el bebé que esperaba, en lo que ha sido la peor experiencia de mi vida. En principio solo buscaba alguna actividad que me ayudara a distraerme, hacer que el embarazo transcurriera lo más rápido posible... Pero una vez allí, en la primera sesión ella me dijo algo que cambiaría para siempre mi forma de vivir mi embarazo: "confía en tu cuerpo. Ten fé en que él sabe cómo hacerlo. Has sido capaz de crear vida; ten confianza en que tu cuerpo sabrá llevarlo a buen término. Confía."
     Y algo cambió en mi en ese mismo instante. A partir de ahí me dejé llevar y disfruté de cada segundo de esa nueva vida que se gestaba dentro de mí. Ahí comencé a escuchar a mi cuerpo, a entenderlo, a comprender la señales que me enviaba. Y me dejé fluir. Cada minuto de mi embarazo fue especial a partir de entonces...

     Ahí estaba mi primera lección de confianza.

     El parto me brindó mi segunda lección al respecto. Mi parto me pilló, digamos, por sorpresa, antes de lo esperado. Todo se había puesto en marcha sin enterarme... En una revisión rutinaria me dijeron que había que provocar el parto porque tenía una fisura que había provocado que estuviera sin líquido y no sabían cuánto tiempo llevaba así. La parte positiva era que ya estaba dilatada de 2 cm. y con el cuello borrado, y no me había enterado... Algún día contaré mi parto y mis sentimientos en ese momento...  Pero os diré que pese a saber lo que quería no fui capaz, fruto del miedo, de defenderlo y reclamarlo... Yo salí muy contenta de mi parto, rápido, sin muchos dolores, y mi niño estaba perfecto.. pero a medida que ha ido pasando el tiempo y he ido aprendiendo más acerca de la fisiología del parto, y he ido conociéndome más, me doy cuenta de que hoy lo habría hecho totalmente diferente. No confié en mi misma y en lo que mi instinto me decía. Utilicé la cabeza y no el alma.... me sentí insegura.

Y ahí estaba mi segunda lección: "Confía en tu instinto".


     La tercera gran lección viene de mano de Carol, una persona llena de luz; la doula que he tenido la suerte de conocer en estos últimos meses y que ha abierto mi mente en el mundo de la crianza y la maternidad. Yo llegué a ella mostrando conflictos entre mis creencias y mis miedos... la alimentación de mi hijo, la medicina... Y un día tuvo el acierto de, de nuevo, al igual que Laura hizo en su día durante mi embarazo, decir las palabras precisas en el momento adecuado: "déjale hacer, confía en tu hijo, confía en la naturaleza". Y esas palabras resuenan en mi interior día tras día, cuando estoy con mi hijo. Y le observo, y le dejo hacer, y confío en él; me dejo guiar por él. Y todo fluye...

Así recibí mi tercera lección de confianza.

     He tenido, como todo el mundo, grandes sorpresas y grandes decepciones que minaron mi confianza en mí misma y mi confianza en los demás: gente que me engañó, que abusó de mi confianza; amigos carentes de sensibilidad en los momentos más difíciles, gente que me exige y no da nada; amigos que me fallaron, que no me ofrecieron su hombro para llorar o su mano para caminar; personas que me juzgaron, que me dieron la espalda; amigos que solo han estado para lo bueno, gente que no respetó mis decisiones, gente que siempre las está cuestionando; gente que se ha delatado como tremendamente egoísta; personas, al fin y al cabo, en las que un día confié y que después provocaron dentro de mi que algo irreparable se rompiera; no es resentimiento, no es rencor. Es solo que la confianza significa cerrar los ojos y lanzarte al vació, es dejarte llevar; y con esas personas siempre habrá algo que me haga estar alerta; y así no puedo saltar...

     Sin embargo hoy me quedo con esas lecciones de confianza que me han hecho crecer, que me han hecho  estar en paz conmigo misma, que me han hecho adentrarme en mi interior, que me han ayudado a conocerme, a quererme, a valorarme a mi misma y a los demás... me quedo con esas enseñanzas que la vida me ha regalado en este último año:

     - CONFIANZA EN MI CUERPO
     -CONFIANZA EN MI INSTINTO
     -CONFIANZA EN LA NATURALEZA
     -CONFIANZA EN MI HIJO

     Gracias a toda esa gente que me ha ayudado en este camino a través de sus palabras, a través de sus experiencias, a través de sus escritos... No quiero nombrarlas porque alguna se me olvidará... pero ellas saben quienes son... GRACIAS.

1 comentario:

  1. Ay Ruth, yo creo que mi confianza me la anularon de pequeña, ahora la estoy recuperando y me parece increíble que sean mis hijos los que más me ayuden en este camino, pero así es, confiando en ellos, dejándome llevar por el instinto y redescubriendo mi yo.

    Me encanta esas lecciones de confianza :)


    Lo que cuentas del parto (esperaro ansiosa a leerlo) no te lamentes guapa, quien no sabe no sabe, tenemos muy interiorizado cosas sobre el parto que no son tan normales como hasta a veces las pintan en algunas clases preparto. Te cuento que yo estoy super contenta y feliz con mis partos, pero tras leer y leer sobre partos naturales estuve un tiempo con una sensación agridulce, parecía que si el parto no era exactamente así o asá no era perfecto y natural, pensando también lo diferente que hubiera sido si hubiera insistido que quería paritorio natural, ahora pienso que es una bobería!, que más da si fue en el cinco o en el ocho?, fue maravilloso y lo repetiría mil veces más tal como fue.
    Un besote!

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