"Lo que hace más importante a tu rosa es el tiempo que empleaste en ella" El principito.

viernes

Ni una lágrima más...




Mi momento especial cada semana llega los viernes...  Los viernes por fin voy a casa a comer... Y tengo que admitir que los viernes intento comer lo más rápido posible. Ya en el coche camino a casa desde el trabajo solo pienso: "qué bien! hoy podré dormir la siesta con mi niño!" Y esa siesta, ese despertarme y ver su carita a mi lado, el sentir su manita acariciándome mientras consigue dormirse, esa sonrisa cuando abre sus ojitos y me ve a su lado.... todo eso es por lo que cada día de mi vida deseo que sea viernes. 

Cada mañana antes de irme a trabajar, llevo al pequeño a nuestra cama para que él y el papi sueñen juntos. Y esa es la última imagen que veo cada día cuando salgo de casa... Y me llena de ternura y de amor... Y me llena de impotencia por no poder ser tres cada mañana.



Desde el primer día decidimos respetar sus ritmos, no dejarnos llevar por lo que dijeran los demás... Y Arturo desde bien chiquitito nos dejó claro que él necesitaba su espacio, y a pesar de que yo me moría de ganas por dormir junto a él, no pude más que rendirme a la evidencia: por la noche le gustaba dormir solo... Sin embargo, durante el día reclama el calor de mamá o papá para dormir sus siestas. Y así lo hacemos. Nuestro niño duerme junto a nosotros su siesta en el que es el momento más dulce del día, o en mi caso, de la semana. Así que, en nuestra cama somos dos y medio... A veces dos, y a veces tres.. respetando lo que necesite el príncipe de la casa.



En estos meses no he parado de hacerme preguntas acerca del colecho y de los métodos conductistas para, supuestamente, enseñar al niño a dormir.  ¿Por qué en ocasiones ignoramos nuestro instinto? ¿por qué no nos dejamos llevar por lo que sentimos? ¿por qué somos tan hipócritas de exigir a nuestros niños lo que no somos capaces de hacer nosotros? ¿serías capaz de tener a tu hermano a tu lado llorando y no consolarlo? ¿ignorarías a tu amiga que viene a contarte su problema? ¿cuántos de nosotros preferimos dormir acompañados? ¿por qué concedemos autoridad y razón a quien ni siquiera conocemos? ¿por qué llevar a cabo algo que hace sufrir a todas las personas implicadas?¿Te gusta que te ignoren cuando sufres? ¿te gusta que minimicen tus dolor? ¿te gustaría que te dejaran sufrir a propósito?
 ¿por qué no miramos en nuestro interior para encontrar las respuestas? Señores, no hacen falta libros, ni pediatras que nos expliquen ni argumenten extensas teorías sobre el sueño, o sobre el colecho. Mira a tu bebé, siéntelo, y verás cómo él tiene las respuestas. El te dirá cuándo necesita tu calor, cuándo necesita sentir tu respiración, cuándo necesita oir tu corazón para relajarse, cuándo necesita tu mano, cuándo tu mirada es suficiente para encontrar la paz... Es sencillo y lo hacemos complicado. Que nadie te diga lo que tienes que hacer, que nadie te cuestione cuando lo único que estás haciendo es respetar las necesidades de tu hijo.

Por favor, para dormir no es necesario sufrir. Ni una sóla lágrima más en contra de nuestro instinto.

Y sobre todo, y ante todo... 

Algo que nos hace felices a mi hijo y a mi no puede ser malo... Hagamos que nuestros hijos se acostumbren a ser felices.

Ya ver si consigo que todos los días sean viernes para poder soñar juntos los tres...



3 comentarios:

  1. Ya te echábamos de menos. No se pueden expresar mejor tus sentimientos. Un beso cuñada.

    ResponderEliminar
  2. El instinto, la observación y el amor siempre van de la mano, ojalá el tiempo también lo hiciera de la manera en que queremos. Te deseo que todos tus días sean viernes ;)
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Guau!! antes de leer los comentarios, pensé exactamente lo mismo que José Alberto, que bien expresado!!
    A mí también me encantaría ser 3 en mi cama, pero por cuestión de espacio, de su espacio, no siempre es posible...Mi nena necesita moverse, adoptar varias posturas a los largo de la noche buscando fresquito, su comodidad...y si está entre nosotros, pierde esa liberación.
    Siempre estamos a la espera de que busque nuestro calorcito, a veces necesita de nosotros, y ahí estamos abriendole los brazos.Pocas veces se despierta (ya me gustaría que fueran más por raro que suene)y quiere que la pasemos a nuestra cama, que momento tan gratificante, la arropamos cada uno por un lado e inmediatamente ya vuelve a dormir.Cuando está profundamente dormida y vuelve a pedir "su espacio" la pasamos a su cunita que está junto a mi cama, y sigue descansando sin llanto, tan placidamente.Tanto ella como nosotros, que a la mañana siguiente hay que trabajar y estar preparados para afrontar el día, que con un torbellino entre nosotros a veces es complicado.
    Otro tema son los fines de semana, cuando le damos su primer bibe, sin ella pedirlo, aun dormidita la pasamos a nuestra cama y disfrutamos plenamente de ese momento...
    Que enriquecedor dormir junto a nuestros peques, a su debido tiempo, cuando ellos asi lo necesitan.
    Bonito día hermosa familia!

    ResponderEliminar