EL CAMBIO

Por las amistades inesperadas.. por las personas que aparecen en mi vida para hacerla mejor, para hacerme mejor...

En cualquier otro momento de mi vida no me habría parado a observar. Quizá hace unos años ni siquiera percibiría las señales.

Pero ahora, y casi de manera inconsciente, como si durmiendo me susurran al oído, me despierto y me doy cuenta, y veo donde no veía y siento donde apenas sentía.

Y es que llevo un mes de realidades, de personas, de momentos, de mensajes, de gestos…

Personas que sin apenas conocerte son conscientes de tu realidad y te tienden su mano;

personas que abrazan la vida sin importarles lo que a su alrededor digan o hagan;

personas que creen en la magia;

personas que creen y viven lo que sienten, honestas consigo mismas y con la vida;

personas que abren su corazón y confiesan sus miedos y debilidades;

lágrimas de emoción que brotan sin control (por fin);

personas dispuestas a escuchar sin sentirse juzgadas, abiertas a otra forma de ver la vida reconociendo sus carencias;

personas que dignifican su profesión, ofreciendo amor, cariño, comprensión, abrazos, y sonrisas;

amigas que sin saber que lo son atienden tu llamada y acuden raudas a ayudar y a colaborar sin importar las diferencias del pasado.

Escucha, ¿lo oyes? el cambio está ahí, está ocurriendo. Quizá esperábamos una gran revolución en las calles, en masa, como se gestaron otros cambios, como antaño, como lucharon nuestros padres; quizá nos decepciona no ser capaces de una hazaña semejante; pero es que eso ya ocurrió, y no se repetirá; ahora es nuestro turno, y quizá, sin hablarlo lo hemos expresado; que  luchamos, que nos movemos,  que esto ahora se hace así; uno a uno, pasito a pasito, con palabras, con miradas, con gestos, con lucha, porque el cambio se inicia desde abajo, desde afuera y desde dentro, persona a persona, día a día, momento a momento; se ha tejido una red que crece y crece; y que no pare; una red de unión y una red de paracaídas; porque lo estamos haciendo bien, porque la lucha está en marcha, porque somos fuertes y capaces, porque lo aprendimos de nuestros padres; les vimos luchar y pelear y lo interiorizamos; y ahora lo hacemos a nuestra forma. Escucha, ¿lo sientes? en la calle, en el trabajo, en la mirada, en la mano, en la silla, ahí, justo a tu lado, en su sonrisa, en su amor, en su decepción, en su grito ahogado....En silencio, sin mucho ruido pero con muchas nueces…

 Gracias a esas personas que se proponen ver cada día lo bueno en el otro. Gracias a esas personas que siempre provocan un latido más fuerte en los corazones. 

Gracias a todas esas personas que me susurran al oído cada noche y me hacen ver, sin ellos saberlo, que es posible. Gracias por vuestros gestos; gracias por ser parte activa del cambio. Del cambio del mundo, del cambio de las almas, del cambio de la vida, de mi cambio.